miércoles, junio 30, 2010

VUDÚ



Me robé la servilleta que usaste cuando tomamos café, te levantaste al baño y fuiste descuidado. Ahí irían tus besos y tus promesas.

Atesoro aún el beso que me diste al despedirte, el sudor que perló tu frente cuando te dije que me iría a vivir contigo y descansaste al decirte que era una broma.

Guardé un suspiro mío al verte partir, una bocanada de aire fugaz y el reflejo de la luna en tu cabello.

Tomé todas estas cosas y las armé en un muñeco, relleno de sueños y anhelos, de imágenes perdidas y de tardes solitarias.

Cada noche acomodo sus ojos de botones robados de tus camisas, lo visto con la camiseta que dejaste al amarme hasta el amanecer en que saliste corriendo, pongo su cabeza sin boca y sin palabras en mi almohada y sueño contigo, con nosotros, con el mañana.

Hoy me llamaste, no has dejado de pensar en mí dices, te da vueltas la cabeza me cuentas, estas mareado, quieres verme. Esta noche, te digo, temprano, te esperaré.

Prendí la chimenea, puse música suave y preparé la cena que te gusta, unas velas estratégicamente colocadas y todo está a punto. El atardecer invernal es precoz, llegarás al mismo tiempo que la oscuridad.

Abrazo tu imagen una última vez, ahora te tengo a ti. No lo necesito y con toda la intención de retenerte para siempre lo arrojo al fuego, su relleno de serrín e ilusiones explota en una sola llamarada haciendo eco al timbre de entrada. Has llegado.

Abro la puerta y en el quicio encuentro un ramo de flores y un montón de cenizas humeantes que me recuerdan que el vudú si funciona. Y funciona muy bien.


miércoles, junio 23, 2010

matrimonio entre raros...

no es mío pero lo transcribo, me encantó

Matrimonio entre raros

Estoy completamente a favor del permitir el matrimonio entre católicos. Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo.

El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales.

Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos.

Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: Aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: También estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.

Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de "¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!".

Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás.

Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitírseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.

Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.

sábado, junio 19, 2010

para orar...

Del cardenal Newman:

Para orar

Guíame, dulce luz, en medio de las tinieblas que rodean,
guíame hacia adelante.
La noche es oscura y estoy lejos de mi casa.
¡Guíame hacia adelante!
Guarda mis pies.
No pido ver el horizonte lejano,
un paso me basta.

Paja y Viento...

Paja y viento

¿cómo abordar un avión si hay que desembarazarse de lo que sobra cuando se es un espantapájaros?

Presentarse al mostrador no tiene problemas a pesar de la mirada de soslayo de la señorita

… este… identificación por favor…

cabello rubio pajizo

tez amarillenta

ropa desgastada por el uso, algo remendada, sobre todo en los lugares estratégicos

¿id con fotografía?

¿le sirve esta? Fue tomada bajo el sol del verano, atrás verá algunos pájaros, no pude evitarlos…

… si. Si, está bien… con tal de deshacerse de él le imprimió el pase de abordar y checó su equipaje.

La etiqueta sobre la caja de cartón amarrada con sobrantes de cuerda hacía ver más viejo aún el paquete.

Cruzar el arco de seguridad, el sombrero de hoyos, el cinturón de cordel, la chamarra a cuadros y los zapatos dispares.

Llegó hasta el overol y al soltar los botones perdió la identidad.

El avión despegó sin el pasajero de la fila 7C, olvidó en su prisa y desinterés una caja de cartón muda en el asfalto de la pista.