jueves, abril 08, 2021

Bacalao de Semana Santa en Zoquiapan








 

además de que mi blog estaba muuuuy abandonado  pues aquí van algunos experimentos culinarios.

Ya saben que me gusta experimentar y este año no fue la excepción. 

Nos reunimos en muy “petite comitè” aunque siendo como somos mayores, ya estamos vacunados o casi totalmente vacunados. 

En fin... a lo que íbamos

Necesitarás

 Un kilo y medio de buen bacalao seco.  

Unos dos kg de tomates rojos saladet o guajes. 

Dos cebollas de buen tamaño 

Ajo,tanto como quieras. Por lo menos una cabeza

Pasta de pimiento choricero “piparra” (un bote de 150 gr) a menos de que quieras verte muy clásico  y ases, peles y saques la pulpa de unos cuatro pimientos choriceros. Rojos. 

Si quieres a la mexicana le pones aceitunas en rodajas, alcaparras y almendras fileteadas  


Unos dos días antes pondrás el bacalao a desalar, cambiándoles el agua más o menos cada ocho o 12 horas.

Cuando pruebes un pellizco y ya no esté salado lo escurres, gentilmente. No lo exprimas. 

Pones tu cazuela, amplia y de barro de preferencia, a calentar con abundante aceite, de aceituna obvio, y vas confitando el bacalao en trozos grandes. A mi me gusta con piel pero en mi casa no... ni modo. 

Soltará las pequeñas bolitas que en otra receta podrías convertir en un Pil-Pil y cuando se separase en lajas apenas translúcidas, lo separas, ahí mismo pones la cebolla, el ajo y cuando estén translúcidos añades el tomate pelado y despepitado.*

Cuando se vaya uniendo y cambiando de color añades la “piparra” y mezclas muy bien. 

Dejas sazonar y se pone el bacalao en trozos al que les habrás quitado las espinas  

Se deja sazonar con las aceitunas y alcaparras si decidiste ponerle 

¡Casi lo olvido! Unas pepitas doradas también en el aceite del bacalao o las añades al final como a mi que se me andaban olvidando  dóralas antes de meter al guiso. 

Si aguantas el antojo déjalo descansar de un día para otro y sírvelo con las almendras tostaditas a un lado  adorna con perejil nada más porque si  y ¡listo! 


* para despepitar y pelar tomates pon agua a hervir, hazles una cruz apenas en la punta y cuando el agua esté en ebullición pásalo sólo a qué está crucecita se abra   Échalos en agua fría y sigue hasta que todos estén igual   La piel se desprende muy fácilmente   

Ábrelos por en medio y saca el corazón donde están las pepitas, velos echando en un colador para recuperar los jugos y el mucílago alrededor 


sábado, diciembre 29, 2018

Mermelada marinera de cítricos

Hace muchos años recorté una receta. Una idea porque la he cambiado, como transformamos lo que pasa por nuestro tiempo y vidas
... ¿cuantos años? Pues no me acuerdo pero aún no vivía en Cancún... así que por lo menos 40 y poco. La hice un par de veces y luego la olvidé. Entre todas esas otras recetas e ideas que se van atravesando en la vida diaria.

Este año mi horno se declaró en huelga (permanente) y pues no hice mis regalos de navidad   Mis pasteles de dátil y nuez, otra receta con historia.
Así que me fui al mercado y llené mi canasta de cítricos. Toronja, naranja dulce, mandarina, limón amarillo y limón verde.
¡Parecía una receta para cruzar mares y océanos y prevenir el escorbuto!

Y para que no se desesperen va la receta... aviso; se tarda.

Una toronja
Una naranja de china ¡me encanta esa descripción!
Una mandarina
Un limón amarillo o meyer
Un limón persa (verde)

Se lavan muy bien ya que suelen tener cera.    A menos de que sean de tu huerta personal.
Se abren y se despepitan. Y así, con todo y todo, se pasan por el molino de carne.
Mide, en tazas, lo que te sale. Es importante.
Añade el doble de esa medida de agua, yo pongo además una cucharada de sal gruesa. Ideas marineras mías.
Se deja reposar cubierto con un trapo, toda la noche.
A la mañana siguiente se pone al fuego. Cuando cambia de color y se ha consumido un poco, se añade el azúcar.
Y por eso es importante la medida. Pondrás por cada taza de fruta una taza de azúcar. Ya se, las medidas tradicionales piden más azúcar. A mi me gusta así.
Seguirá hirviendo y sabrás que ya está cuando “escupa” y “gorgotee”
Ponlo en frascos limpios y secos, esterilízalos y ¡listo!

Nada difícil. Solo que tienes que estar en tu casa, ayudan un libro y una buena taza de tu cafeína favorita.



¿sabes esterilizar?
es muy fácil, tus frascos ya llenos, dejando un cm hasta la tapa, y bien cerrados los pones en un una olla grande con agua que los cubra apenas  llévalos a que hiervan unos tres a cinco minutos y sácalos. 
yo añado al agua un chorrito de vinagre blanco para que mi olla no se vuelva fea con los residuos alcalinos.

domingo, enero 01, 2017

Volar...

¿Tú has volado papalotes? Cometas. Como también les dicen en otros lugares. 
Y a veces para que se eleven tienes que tirar de la cuerda, para aprovechar el viento. 

Una vez estaba un padre con su hijo enseñándole a volar papalotes. Y el niño miraba como el padre jalaba de la cuerda a pesar de que el cometa estaba ya bastante alto. 
"¿Sabes papá? Es la cuerda la que no deja al papalote subir más"

El padre sonrió y cortó el hilo... claro, el cometa subió un poco y casi de inmediato cayó en picada. 

El niño rompió a llorar y el padre amorosamente se sentó junto a él y le dijo; "a veces me imagino que somos como papalotes, subimos con el viento aprovechando su fuerza e impulso. Y el hilo que parece atarnos, todas esas cosas que creemos que nos amarran en realidad nos dan estabilidad y nos permiten volar más alto y más lejos"

Vamos a aprovechar los vientos de este año nuevo
 ¡vamos a volar papalotes!

martes, febrero 12, 2013

¿bizcocho yo?



  Las panaderías del Centro Histórico son una gran tradición de la  cultura popular urbana. Aquí los bizcochos son los más sabrosos,  hermosos, aromáticos, espectacularmente cachondos. Y forman parte de la  picardía chilanga: ¡Adiós bizcochito! 
    El bizcocho en la mujer califica su sensualidad delineada por las  curvas. Pero, ¿por qué se asocia el bizcocho con la sensualidad de la  mujer? Pues porque son una delicia, un placer. 
   
 Antiguamente, ir a comprar el pan al caer la noche era el pretexto  perfecto para las citas amorosas: ¿Güerita a qué hora sales al pan? Y  todo era cosa de que le dijeran al galán “a las ocho”, porque ya estaba  especulando qué bizcocho comerse: una “concha”, un “beso”, una “novia”,  una “chilindrina”, aunque podría correr el riesgo de que le dieran puro  “birote”. 

    Todo esto comienza cuando Hernán Cortés llega a Tenochtitlan y  viene entre sus soldados un tal Juan Garduño, un negro liberto, el cual  encuentra entre las cosas que cargaban unos granos de trigo. Cortés le  ordena al legendario Juan el Panadero que los siembre y que los granos  de las espigas los muela y haga pan. 

 Los conquistadores españoles andaban ñangos, con una dieta de  maíz, y añoraban su dieta europea a base de trigo. Y qué mejor que el  pan. Cortés siempre fue gandallita, acaparó la producción del trigo, la  venta, y comercialización del pan durante unos siete años, hasta que en  su juicio de residencia le hicieron que soltara el monopolio. Fue  cuando surgieron los primeros vendedores de pan: los panaderos. 

     Y aquí viene la confusión: la gente llama panaderos a los que  hacen el pan pero no, y lo dice con molestia el gran Williams, maestro  de la panadería La Vasconia: los que hacen el pan se llaman tahoneros.  Panaderos son los que venden el pan. ¡Zas! 

    Hacia 1870 surge la primer panadería en el Centro Histórico como  la conocemos actualmente, La Vasconia. Se encuentra en la esquina de  Tacuba y Palma Norte. Como observarán, la panadería va ligada a los  migrantes españoles, quienes como en los baños públicos, los hoteles, las tiendas de abarrotes y las vinaterías, hicieron de estos negocios  su modo de vida, y en muchas familias han formado una tradición por  generaciones. 
    Tradición que se une a la picaresca de nuestra cultura popular  urbana, esto se refleja en los nombres de los bizcochos: ojos de  pancha, piedras, lechuzas, palomas, bigotes, calzones, campechanas,  rejas, marías, huesos, pellizcos, nombres que han dado motivo para  hacer chistes. 

Se cuenta que una mujer con prisa llega a la panadería,  por decir La Pilarica o la del Camino o el Molino o la Palma o la  Ideal, y ahí el típico Venancio atiende el mostrador (han de saber que  la panadería hasta mediados del siglo XX se modernizó con eso del  autoservicio, charolas, tenazas y a escoger el pan, pero hubo una época  en que la gente se paraba en el mostrador e iba pidiendo el pan). "Don  Venancio, me da por favor una concha, una campechana y unos calzones".  Pero la mujer al ver que salían los besos del horno, cambia de opinión  y dice, “Don Venancio, me quita los calzones y me da un beso..." 

 ¡Chispas! Y no se asombre pues los nombres y formas de los bizcochos hacen  una lista de más de mil: genio de la inventiva del arte de la harina y  el huevo. 
      
No por nada, a pesar de la modernización y globalización, las  panaderías existen y de manera espectacular. Basta ver las fachadas de  algunas panaderías del Centro Histórico, como la de El Molino, y  entonces se quedará con el ojo cuadrado. 

Las panaderías arrojan tanta luz desde sus escaparates que son un> oasis en la vida nocturna de la ciudad. Y las calles cobran vida ante  la cantidad de clientes que van por su pan para la cena, y no sólo los  habitantes sino también los extranjeros, a quienes llama mucho la  atención estos panes tan sabrosos. 
     
O díganme a quién no se le antoja una concha para rellenarla con la nata de la leche, u hojaldra con cajeta, o una simple corbata sopeada en un vaso con leche, o una reja en una taza de chocolate, o  una dona de chocolate; eso sí, pocos valientes aceptan que les gustan  “los cuernos”, se hacen de la boca chiquita…  
     
Ir a la panadería en el Centro Histórico es una tradición y un  placer de sibarita, además de un ejercicio de la picardía, así es que a  un bizcocho nunca se le niega una mordida, digo qué tanto es tantitito… 

miércoles, enero 30, 2013

Pie (pay) de limón a la antigua...

Pie de limón a la antigüa



6 a 8 limones (media taza de jugo)
cascara limones de 3 (una cucharada) rallada
3 huevos y 2 yemas
1 barrita de mantequilla derretida
3/4 taza de azúcar
1 taza de crema para batir
(se supone que se debe de colar luego pero a mi me gusta encontrarme
los pedacitos del limón)

concha de pie hecha de galletas marías, almendras y mantequilla derretida

se baten los huevos con la mantequilla derretida, el azúcar y la
ralladura de limón, se pone a calentar a baño maría hasta que espese,
se le añade la crema y mientras se hornea la concha a 345ºF...
Al salir se pone el relleno y se vuelve a meter al horno unos 55 minutos a 280ºF
se saca y se le pone el merengue que hiciste con las dos claras
(media taza de azúcar con 1/4 taza de agua en almíbar) se vuelve a
meter al horno a que dore de a superficie y listo..

Enfría un par de horas y sanseacabó

domingo, diciembre 02, 2012

Domingo I de Adviento 2 de Noc 2012

Cuentan la historia de un soldado que se acerca a su jefe inmediato y le dice: “–Uno de nuestros compañeros no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo”. “–Permiso denegado –replicó el oficial–. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto”.

Haciendo caso omiso de la prohibición, el soldado salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial, furioso, le gritó: ”–¡Ya le dije yo que había muerto! Dígame, ¿valía la pena ir allí para traer un cadáver arriesgando su propia vida?” Y el soldado moribundo respondió: “–¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: ‘¡Estaba seguro que vendrías!".

En estos casos es cuando se entiende que un amigo es aquel que se queda cuando todo el mundo se ha ido. Los verdaderos amigos no calculan costos, ni están midiendo gota a gota su propia entrega. Un verdadero amigo no sabe de ahorros, ni de moderaciones en la generosidad. “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15, 31), decía Jesús antes de su propia entrega hasta la muerte, y muerte de cruz.