Que la alegría de María con el nacimiento de Jesús, seguirá siempre unida a la angustia de la espera dolorosa del "nacimiento" de los demás, porque el parto de cada hombre es lento: son pocos los hombres que "nacen" de verdad cada día y muchos que mueren sin haber sido ellos mismos.
extraído de un texto sobre el nacimiento de Mª Teresa González Alcocer
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