panem et circenses à la Cancun

Pues el nuevo equipo ES campeón, increíble... en su año inaugural, llega a la final y se corona campeón.

Y todo el pueblo se (nos) volcamos en la necesidad de pertenencia, en el olvido del yo y la fusión olvidada de comunidad irreal.
E irreal parece la afición, ¿donde más puedes encontrar sushi, litros de whisky o de tequila, pizzas y kibbes con chile habanero en un estadio?
O sea..¿no son todoos iguales?
¿donde mas el ir al estadio es "fashion" e irle al equipo contrario no te acarrea problemas y conviven juntos Pumas y Potros?

O en donde más se puede celebrar la victoria en un restaurante de carnes, el Bandoneón estilo argentino, junto al mesero que hace un momento compartía gradas contigo? o donde mas puedes irte del ceviche y la celebración popular directo al Daddy? La mitad vestida de azul y oro y al otra compartiendo solo el azul y presumiendo el grana?
Qué, ¿no es así en toooodooos los estadios y en todas las ciudades?

O sea...¿no?

Una semana cargada de emoción, de colas y de reventas, la búsqueda frenética de lugares que se llegaron a cotiza en 3,500 pesos por VIP, que ni son vip ni son numerados, campamentos rotatorios de aficionados que se quedaron sin boleto aunque durmieron durante tres (si, TRES) días afuera del estadio.
Y adentro, por fin, las porras, los corazones divididos al igual que el graderío, un estadio sorprendente por la cantidad de mujeres que sí saben de fútbol y que hacen por lo menos la mitad de la afición.

Y gritan, y dan consejos, y mientan madres y se pintan y se visten de los colores de sus equipos, hooligans femeninos que dan consejos técnicos y adoran al portero que va de salida.
¿Donde más un portero que se despide puede ser adorado y llorado desde antes de partir?
¿donde los que NUNCA vamos al fut gritamos hasta desgañitarnos y mandamos SMS a todos nuestros contactos para ir comentando el partido virtualmente?
Después de esto Félix podría reelegirse, el güero Burillo podría ser el próximo gobernador y el PRI ganar las elecciones sin problemas.

Donde, me pregunto yo, podemos encontrar tres estados juntos en un solo lado, la necesidad olvidada y muy bien localizada por los dueños de equipos, Yucatán, Campeche y Quintana Roo, juntos cambiando la onda grupera por reggae para cantarle a su equipo.